Es una lástima que no estés conmigo
cuando me asomo a mi ventana,
para tomar nota del compás
de esas mañanas que sin ti,
se me antojan lúgubres y frías.
Es una lástima que no estés conmigo
ahora que escribo esto,
y me acuerdo de tus abrazos
el silencio de tu boca
y el calor de tus labios.
Es una lástima que no estés conmigo
y que entre tus manos
no puedan posar mis palabras,
Y bajo mis manos,
no arda tu cuerpo angelical.
Es una lástima que no pueda
susurrarte al oído esos versos
y sentir como tiemblas inocente,
bajo mi mirada escudriñadora,
esa que no se cansa de mirar
tu sonrisa de fábula.
Y es una lástima que ahora me sobren caricias
con las que lenta y sospechosamente podría acariciarte.
Tufi
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